En España abundan¹ los mercados de Navidad, pero uno de los más famosos y antiguos es el de la Plaza Mayor de Madrid, que tiene su origen en el siglo XVII, en la plaza de Santa Cruz. Otros también muy conocidos son el Mercado Navideño de Artesanía de Plaza Nueva, en Sevilla, el de la Plaza Bib Rambla de Granada o el Mercado de la Lonja de Valencia.

A plena luz del día o bajo el alumbrado² navideño, las casetas de los mercadillos se alinean³ ordenadamente y ofrecen en su interior productos típicos de estas fechas: turrones, mantecados o mazapanes; guirnaldas para el árbol de Navidad o figuras para montar el belén, y una gran variedad de objetos artesanales, y cada vez más ecológicos, que pueden ser originales regalos para el Día de Reyes (6 de enero).

Además de los adornos y la repostería tradicional, en muchos de estos mercadillos se venden vinos, quesos y distintos productos alimentarios que se elaboran de forma específica en algunos lugares, como el licor de mandarina de Gádor o la miel de la Sierra de los Filabres, que podemos encontrar en las casetas de Sabores de Almería, o la gran variedad de turrones de la Feria de Navidad de Jijona (Xixona) en Alicante, para degustar⁴ y sorprender en las comidas del 24 y el 31 de diciembre.

Pasear por estos espacios que combinan tradición y modernidad, curiosear⁵ en su amplia oferta de artículos⁶ y disfrutar de los talleres y espectáculos de luz y sonido que completan el programa de actividades navideñas, son experiencias que solo se tienen una vez al año.